El Perro Familiar aún vive en los ingenios tucumanos
Es una leyenda de las localidades como Villa Hileret, Santa
Ana y Aguilares. Se trata de El Familiar, que en la provincia se lo conoce como
un feroz y enorme perro negro con o sin
cabeza que arrastra grandes y pesadas cadenas. Por las noches pasea por los
cañaverales en una dirección, siempre en línea recta. Se dice que los dueños de
los ingenios realizaban contratos con el diablo para que la cosecha de ese año
sea próspera.
La manera de ahuyentarlo era con un rosario, una cruz, un
puñal y mucha valentía o fe. El patrón esconde al Familiar dentro de su casa en
un lugar que nadie conocería para que este vigile de cerca el cumplimiento del
pacto, normalmente en sótanos o habitaciones donde se guardaban herramientas,
ya que el peón seleccionado era engañado por el patrón, que le pedía que vaya a
ese sitio, pero nunca regresaba. Normalmente el trabajar que desaparecía era el
más rebelde y líder que siempre se quejaba sobre el sistema de trabajo. Podía
presentarse en la forma de un perro, una gran víbora, un toro o un sapo gigante.
(Fuente: Rosa Aranda, vecina de San Miguel.)
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